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viernes, 2 de enero de 2015

Dinastías Y Civilizaciones Relatos Cortos Relato Treintaitres: << Su Secreto>> Ejercito De Los Andes...




Su composición:

Este ejército fue un cuerpo  militar de las provincias unidas del rio de la plata y tropas chilenas exiliadas en Mendoza y lo dirigía el general José San Martin cuyo objetivo era acabar con la dominación española en Chile.

3 generales



28 jefes



207 oficiales



15 empleados civiles



3778 solados de tropa (formado por una mayoría de soldados negros y mulatos más de la  mitad esclavos y libertos,  y por una parte de soldados chilenos)



1200 milicianos montados (para conducción de viveros y artillería)



120 barreteros de minas (para facilitar el tránsito de víveres y artillería)



25 baquianos



47 miembros de sanidad (para confirmar el hospital de campaña)



16 piezas de artillería (los cañones de 6 pulgadas los obuses de 4 y 1/2 pulgada



4 piezas de montaña de 4 pulgadas



1600 caballos extras (para caballería y artillería)



9281 mulas (7359 de silla y 1922 de carga).




General San Martin
El hecho más memorable del ejercito corresponde al cruce de los andes iniciado el 6 d enero de 1817 desde Mendoza que culminó con la victoria de gacabucho el 12 de febrero de 1817.

Plan continental:


San Martin se dio cuenta de la imposibilidad de llegar a Lima que en ese momento era el centro del poder relista por el camino del alto Perú. Cada vez que un ejército realista descendía del altiplano hacia los valles de salta era vencido,  y da vez que un ejército de las provincias unidas se aventuraba en  Perú era derrotado completamente.


El teatro de operaciones Oeste para:

Concentrar un ejército reducido pero de gran cohesión y capacidad operacional. Cruzar la cordillera y reforzar a las fuerzas chilenas, que luego de luchar en Concepción, Talcahuano y Chillán, no habían logrado aún la definición de la campaña.

 Una vez consolidado el territorio chileno, mediante un envolvimiento anfibio, ocupar Lima (centro del poder político realista en América).


El teatro de operaciones "Norte" para:

Aferrar inicialmente efectivos realistas, mediante la acción de las tropas de Martín Miguel de Güemes, previendo luego una acción ofensiva hacia el norte, en coordinación con la maniobra anfibia hacia Lima.


Modificaciones al esquema básico:

La derrota chilena en la batalla de Rancagua el 2 de octubre de 1814 introdujo a las dificultades ya existentes, la necesidad de recuperar la libertad para Chile. Esto llevó a San Martín a modificar el esquema inicial del Plan Continental, introduciendo nuevas exigencias tal como el aumento de los efectivos, una organización más detallada y por sobre todo una cuidadosa selección de la maniobra estratégica que permitiera llegar a los desemboques a través de la cordillera, obligando al enemigo a mantenerse disperso en un extenso frente, ante la constante incertidumbre del lugar exacto de invasión, y con ello facilitar el logro de la sorpresa como elemento multiplicador de la potencia necesaria para librar con éxito la batalla en el lugar elegido. Esta batalla debía permitir abrir cuanto antes el espacio de maniobra necesario para continuar hacia Lima.

Emigrados chilenos:

Replica de la bandera de los Andes


Luego de ocurrida la batalla de Rancagua, el Batallón de Auxiliares Argentinos al mando de Juan Gregorio de Las Heras retornó de Chile escoltando a unos 2000 emigrados patriotas de ese país que cruzaron los Andes, quedando el cuerpo a las órdenes de San Martín. Según un parte de José Miguel Carrera del 22 de octubre de 1814, las fuerzas chilenas que se refugiaron en Mendoza a sus órdenes estaban distribuidas entre: 105 artilleros, 229 infantes (169 infantes de varios cuerpos y 60 infantes de la patria9 e ingénuos) y 374 soldados de caballería (164 de la Gran Guardia Nacional y 210 dragones al mando de Andrés Alcázar).10 11 La disensión interna hizo que en gran parte esas fuerzas se dispersaran y el 30 de octubre de 1814 San Martín las puso bajo sus órdenes y resolvió:

  "Los dragones quedan reunidos á cargo del coronel don Andrés del Alcázar: componen un escuadrón, pero le sobran oficiales: los artilleros forman una compañía, al cuidado del teniente don Ramón Picarte: los infantes de la patria han sido incorporados al batallón de infantería que manda el teniente coronel don Juan Gregorio Las Heras: los auxiliares, de , infantería de Concepción, nacionales y granaderos, los he puesto á las órdenes del teniente coronel graduado, don Enrique Larenas, con orden de formar dos ó mas compañías de infantería bajo la planta de nuestros batallones."


 Marcos Balcarce, encargado de disponer de las tropas chilenas emigradas.

En un bando publicado por San Martín, se dispuso que:

Todo individuo emigrado de Chile se halla bajo la inmediata protección del Supremo Gobierno de estas provincias.
Uniformes del 7ª de infanteria

Todo dependiente del Ejército emigrado de Chile que quiera continuar sus servicios en el de estas provincias, se presentará al Comandante General de Armas.

 Asimismo, todo aquel que no quiera servir, queda expedito desde la publicación de este bando para establecerse libremente en el territorio de estas provincias y ejercer tranquilamente sus oficios, pero estos deberán presentarse al muy ilustre Cabildo para recoger el competente seguro.

 Los demás individuos emigrados pueden establecerse sin obstáculo en toda la comprensión de este Estado y el Supremo Director les ofrece una completa garantía tanto de sus bienes como de sus personas.

 Bando de San Martín:

Unos 300 soldados chilenos seguidores de Carrera que no aceptaron incorporarse al Ejército Argentino fueron enviados a Buenos Aires, para ser incorporados al Ejército del Norte y al del Litoral, justificando San Martín al gobierno:

    "no quiero emplear a esos soldados que sirven mejor a su caudillo que a la Patria."

Los que sí aceptaron incorporarse al Ejército Argentino fueron distribuidos entre las unidades y en el estado mayor. Entre estos últimos, hubo 19 oficiales, entre ellos Bernardo O'Higgins (con el grado y sueldo de brigadier de las Provincias Unidas del Río de la Plata, nombrado el 26 de febrero de 1816) y el sargento mayor Ramón Freire.

San Martín organizó en Mendoza los cuadros del futuro Ejército Chileno con oficiales emigrados, nombrando el 25 de abril de 1816 una comisión de 6 emigrados que debía organizar los cuadros de los oficiales de un regimiento de infantería, un batallón de artillería y un regimiento de caballería para servir de núcleo del futuro ejército de ese país. San Martín se reservó el derecho a nombrar a los jefes superiores. Los que no se enrolaron en el Ejército Argentino, solo cruzaron la cordillera luego de la Batalla de Chacabuco.

Finalmente, ante el fracaso de la convocatoria fueron organizados los cuadros de las siguientes unidades, cuyos jefes fueron nombrados en junio de 1816:

 Regimiento de Infantería N° 1 de Chile, al mando del coronel Juan de Dios Vial Santelices

 Compañía de Infantería de Línea de Emigrados de Chile, al mando del capitán Juan Manuel Astorga, de 6 oficiales y 38 soldados veteranos, según aparece en un parte de noviembre de 1816

  Batallón de Artillería de Chile, al mando del teniente coronel Joaquín Prieto

 Legión Patriótica del Sur, una partida volante de dragones a las órdenes del coronel de milicias de Aconcagua José María Portus.

La organización del ejército:

Definidas las líneas generales del plan de campaña, San Martín inició los trabajos para organizar el ejército con que habría de llevar a cabo la empresa, sobre la base de los dos únicos núcleos de tropas que existían en Mendoza:

Paso de uspallate
El Batallón de Auxiliares Argentinos -también llamados Auxiliares de Chile- al mando del coronel Juan Gregorio de Las Heras que había retornado a las Provincias Unidas en 1814 como respuesta al «Tratado de Lircay» - el batallón había sido enviado a Chile en 1813 con el fin de apoyar la revolución de los patriotas chilenos en el período conocido como «Patria Vieja» -. Contaba con unos 200 hombres.

 Las milicias provinciales existentes en: Mendoza, San Juan y San Luis. De acuerdo a un parte de Marcos Balcarce de 1814, existían en Mendoza 958 milicianos, casi sin armamentos ni instrucción militar. Las milicias regladas eran la Compañía de Milicias de Artillería de Mendoza de 75 hombres; y el Regimiento de Voluntarios de Caballería de Mendoza, compuesto por 2 escuadrones en los suburbios del norte y del sur de la ciudad, también denominados Cívicos con un total de 600 hombres (en San Luis existía uno igual, denominado Regimiento de Voluntarios de Caballería de San Luis). Las milicias de Mendoza que se formaron luego de la Revolución de Mayo eran 2 batallones de infantería denominados Cívicos Blancos (133 hombres) y Cívicos Pardos (150 hombres).

Las únicas fuerzas veteranas existentes eran los 20 o 30 blandengues del fuerte de San Carlos.

Al mismo tiempo que se organizaba el ejército se debía atender a la defensa inmediata del territorio, siempre amenazado desde Chile. Esta eventualidad obligó a San Martín a aumentar urgentemente los efectivos de los cuerpos mencionados y colocarlos en condiciones de afrontar las tareas de protección más indispensables, para lo cual implantó una especie de servicio militar obligatorio para la provincia de Cuyo.

El 8 de noviembre de 1814 el director supremo creó en Mendoza el Batallón n.° 11 de Infantería de línea en base a los 180 Auxiliares Argentinos remanentes19 y a un escuadrón de caballería miliciano. El 23 de noviembre el teniente coronel Las Heras fue nombrado jefe del batallón.

    (...) sirviendo a V. S. de base los auxiliares que vengan de Chile, forme un batallón de infantería de línea.

José San Martin pasando revista en Rancagua
A mediados de diciembre de 1814 llegaron a Mendoza remitidos desde Buenos Aires 240 hombres de 2 compañías del Batallón n.° 8 de Infantería (de Castas) al mando del capitán Bonifacio García, junto con un piquete de 50 artilleros del Regimiento de Artillería de la Patria con 4 cañones al mando del capitán Pedro Regalado de la Plaza, que transportaba también municiones, armamentos y correajes. Los infantes fueron despachados desde Buenos Aires el 30 de noviembre ante el peligro de una sublevación de los emigrados chilenos partidarios de Carrera, los artilleros salieron el 17 de noviembre.

El 10 de enero de 1815 San Martín fue ascendido a coronel mayor de los Ejércitos Nacionales, mientras que fueron ascendidos a coronel: Miguel Estanislao Soler, Francisco Antonio Ortiz de Ocampo y Juan Florencio Terrada.

San Martín, en su calidad de gobernador de Cuyo, aplicó una serie de procedimientos expeditivos para llevar el ejército al pie orgánico exigido por la magnitud de la empresa a realizar y en los que fue auxiliado por el gobierno de Buenos Aires.

En febrero de 1815 fueron remitidas nuevas dotaciones de artillería y llegaron a Mendoza desde San Juan 134 reclutas al mando del teniente Juan José Cano.

Con la ayuda del capital aportado por 4 vecinos de Mendoza, San Martín creó una compañía de caballería denominada Gauchos de la Invención. De residentes británicos obtuvo dinero para formar una compañía reglada de infantes.

El 14 de agosto de 1815 San Martín dispuso que los hombres de entre 16 y 50 que no se presentaran voluntariamente al ejército, serían sorteados, logrando reclutar 400 soldados, a la vez que ordenaba una leva de vagos. El 13 de septiembre de 1815 acordó con el Cabildo de Mendoza no realizar el sorteo a cambio de un contingente de 200 hombres de la ciudad y 160 voluntarios.


El 3 de septiembre de 1815 llegaron a Mendoza enviados por el director supremo Ignacio Álvarez Thomas los escuadrones 3 y 4 del Regimiento de Granaderos a Caballo a las órdenes del coronel José Matías Zapiola, reducidas a la mitad. Habían realizado la campaña de la Banda Oriental y llegaron a solicitud de San Martín por el peligro inminente de una invasión realista a Cuyo, alojándose en el convento de los dominicos. Los escuadrones fueron completados con soldados gauchos de San Luis. El 1 de agosto de 1815 partieron de Buenos Aires 3 oficiales de artillería llevando 4 cañones y dos obuses, con su correspondiente piquete de artilleros y municiones. En octubre y noviembre recibió San Martín 12 quintales de pólvora, 200 fusiles y 300 fornituras conducidos gratuitamente por carreros cuyanos.

En octubre de 1815 fueron completadas las 6 compañías del Batallón n.° 11: una de granaderos, 4 de fusileros (1.°, 2.°, 3.° y 4.°) y una de cazadores.



El 4 de diciembre de 1815 fue emitido un estado de fuerzas de la provincia, existiendo 1939 soldados de infantería y de artillería, 3733 de caballería, 215 jefes y oficiales, totalizando 3887. Las unidades veteranas (o de línea) eran: una compañía de artillería en Mendoza con 143 plazas; 2 compañías del Batallón n.° 8 con 300; Batallón n.° 11 con 655; dos escuadrones de granaderos a caballo con 415; Blandengues de la frontera con 30, totalizando 1540 soldados. Las milicias eran: Artillería Cívica de Mendoza, Artillería Cívica de San Juan, Cazadores Ingleses, Caballería de Milicias de San Luis, San Juan y Mendoza con 12 escuadrones. Las piezas de artillería eran: 4 culebrinas de bronce de a 4, 4 cañones volantes de a 4, 2 obuses de 6 pulgadas, 4 piezas de a 4 de montaña, 2 piezas de a 4 de hierro: totalizando 17 piezas de artillería.

El 13 de enero de 1816 el Batallón n.° 11 de Infantería fue elevado a regimiento con el mismo número y siendo su jefe el coronel Las Heras. San Martín envió a San Juan al teniente coronel Juan Manuel Cabot como teniente de gobernador, con orden de reclutar soldados para el segundo batallón de n.° 11. El 21 de junio de 1816 el director supremo Juan Martín de Pueyrredón dispuso la división del regimiento en dos cuerpos, manteniendo uno el nombre de Regimiento n.° 11 de Infantería y el otro, organizado en San Juan, fue denominado Batallón n.° 1 de Cazadores, siendo su jefe el teniente coronel Rudecindo Alvarado.

En total San Juan aportó con alrededor de 2500 hombres al ejército patriota, tantos que en la jurisdicción se despobló de hombres adultos casi por completo.

En abril de 1816 llegaron también los escuadrones 1 y 2 de Granaderos a Caballo provenientes del Ejército del Norte, junto con 100 reclutas de La Rioja.

En agosto de 1816, San Martín envió una carta al gobernador de San Juan, solicitando que liberara a prisioneros que se encontraban en Carmen de Patagones y en las islas Malvinas (Puerto Soledad) para que se sumaran al Ejército. Esta es una prueba usada por el gobierno argentino en la cuestión de las islas Malvinas.

El 15 de septiembre de 1816 el gobierno nombró a Soler cuartel maestre y brigadier mayor del Ejército de los Andes.

El Escuadrón n.° 5 de Granaderos a Caballo fue creado en Cuyo a las órdenes del comandante Mariano Necochea y transformado en el Escuadrón Cazadores de la Escolta del General en Jefe.

El 24 de enero de 1817, cuando el ejército ya estaba en marcha, el coronel Hilarión de la Quintana llegó de Buenos Aires con pliegos para San Martín, y éste lo invitó a sumarse a la expedición, integrándose al estado mayo.




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