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martes, 9 de julio de 2013

Robando Uvas Por La Noche (1936/1939)



El Secreto de la alquimia:


El secreto de  la alquimia, así es como algunas familias Españolas lo tuvieron que aprender al comienzo de 1939 (14 de mayo) con la cartilla de racionamiento (hasta mayo1952). Cualquier cosa servía  para espantar las huestes del hambre,  por un día  a aquellos estómagos devorados por la hambruna, como compañera  de viaje.





Período 1936:


Acompañados por los gritos desgarradores, de los padres que perdían a sus hijos, esposas, o padres por la guerra civil española  y como único abrigo los harapos, y los chinches (pulgas) como almohada de la noche. Durante la contienda los campos Españoles, se convirtieron en tumbas, que hacían estériles las semillas del pan. Los senderos fueron desiertos, y por  ellos solo corría, el olor a pólvora y lágrimas de tanto entierro.


Sobrevivir:



Conseguir sobrevivir en aquella época, era todo una épica. El llevarse un mendrugo de pan a un famélico estomago era todo un dilema diario. Cualquier cosa era buena relata una Albaceteña que con solo nueve años le toco vivir aquellos años. Estábamos tan hambrientos que mi padre tenía que robar uvas por la noche, íbamos a recoger hierbas al campo (collejas, cardos) que mi madre cocía para comérnoslos como verduras no había otra  cosa, si encontrábamos una cascara de naranja en la calle nos la comíamos, y otro relata que el no conocía el plátano estos y otros relatos eran frecuentes. Que podía hace una familia de ocho hermanos que una  vez al mes recibía los cupones de comida, un poco de  leche en polvo, un pan, de maíz que se deshacía en las manos, un bacalao (comida de pobres), no conocían la carne y no recibían aceite y todo cocinado con sebo de animal. 


La escasez (vales de comida)



Hasta para ser pobres había que llegar el primero. En el mil novecientos cuarenta y tres, entra en vigor la cartilla de individual, pero aun así los alimentos seguían siendo de mala calidad. Las colas eran interminables, y coger un sitio era de vida o muerte, pues a los últimos no les  llegaban las raciones. Anterior al cuarenta y tres toda  la población tuvo que hacer una declaración jurada  de ingresos, quedando la misma divida en tres categorías.


Categoría 1ª con 24 cupones cada cartilla tenían derecho a, azúcar, aceites, legumbres, y arroz.

Categoría 2ª  6cupones, dos de aceite, dos de azúcar, y dos de legumbres

Sin especificar categoría, y  que constaba de nueve de nueve hojas destinadas a varios



Algunas severas advertencias para su uso

Para el uso de la misma había que  seguir al pie de la letra algunas normas que eran de obligado cumplimiento (10) :
agradecimientos,


La colección de cupones de racionamiento es personal no alcanzando Sus beneficios más que a su titular pudiendo exigirle que justifique la propiedad de la colección,  de cupones con la correspondiente tarjeta de abastos. Con al colección de los mismos podrán adquirirse articulo si condimentar, en las tiendas, economatos, y cooperativas en la que estuviera inscrito, cuando se use en la misma localidad. Si los artículos son condimentados,  podrán comprarse en cualquier establecimiento del territorio Nacional. Para usar los cupones que los cortaría quien entregue los artículos deberán presentarse en unión de la cartilla. por un cambio de residencia definitivo o traslado, o por vivir en  otra localidad  eta obligada a solicitar la baja en los establecimientos donde estaban inscritos la colección y adjuntar  los boletines  de baja, en la oficina de abastos y transportes de la localidad de su residencia. Aquel que se ausente al extranjero entregara dicha colección de los mismos en la frontera por la que haga la salida. En las panaderías se cortara el cupón de pan (diario) y serán valido el cupón o cupones al (día)  al que se refiere el suministro.

Precios por diez y por tres:


Y como  se tratara de un reguero de pólvora, los precios llegaron a subir hasta un diez por ciento en el
mercado negro(estraperlo) en todas las ciudades y pueblos de la geografía Española. La opción era acudir a él . En el (1946) esta tasa oficial alcanzo cotas excepcionales según la la cámara de comercio de Sabadell. Ese año el precio del azúcar se multiplico por diez, el pan por cuatro, y el arroz  por tres. Las mujeres extraperlistas,  llegadas de Vigo se colaban en el cuartel de Guadalajara  (según relata un Alcarreño guardia civil)  para comprar a 10 pesetas la harina que recibían a dos ( el sueldo de un agente era de 300 pesetas). Como no se iban a comer los pulgos de las patatas tan exiguos y famélicos esqueletos andantes, Maldita hambre Maldita.



Datos recopilados por este blog: Manuel Iglesias
Agradecimientos:
Hombres y mujeres del Concejo Gozón.
Parroquias consultadas 
Santa Leocadia de Laviana,  Santiago Anbiedes, San Martín de Podes, San Martín de Cardo:
Edad media encuestados 85/95 años
Duración de la misma  meses 2/5
Kilómetros recorridos media 60/80
Repartos en el concejo:
Según datos facilitados 
Santa Leocadia: 1ª escuelas de Laviana 2ª casa parroquial Maestro en dicha fecha Francisco Macias Vega 
Samtiago Barreo:  La torre de Funtin ( con 95 años de antiguedad)
Cardo: escuelas parroquiales 
San Martín de Podes: escuelas



El campanario de Santa Leocadia: hechos ocurridos en la fecha1936/1938
Este campanario al igual que otros fueron pastos de llamas, el que vemos hoy aquí sobrevive  despues de su  reconstrución (94 años de historia) según datos facilitados ayer por un  vecino que le doy las gracias públicamente.










Año 2013 Noticia en los medios de comunicación:actualidad: 

Me crié con cartilla de racionamiento y moriré con ella´


Sucedió la semana pasada en el Banco de Alimentos de la Pobla de Vallbona. Y a Jaime Serra, su director, le crujió el alma nada más oírlo. El hombre andaba por los 82 años y, asfixiado por la necesidad, consiguió que le dieran el carné que le permite sacar comida durante medio año en esta institución benéfica. Desde lo más hondo de su ser, a este anciano de l´Horta crecido en la guerra y la posguerra -y que en su anonimato simboliza a miles de compañeros de generación- le salió una frase que resume toda una vida: «Para criarme, mis padres tuvieron que echar mano de una cartilla de racionamiento. Y ahora, después de toda una vida trabajando, repito la historia y moriré con cartilla».


Una usuaria recoge los alimentos en el Banco de Alimentos de Valencia en una imagen de esta misma semana


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